lunes, 10 de octubre de 2011

INVITACIÓN

Estamos cordialmente invitándolos al Seminario que organiza AIMA Agencia de Imágenes y nuestros colegas del Cine Club El Muro para la próxima semana:

"LA FOTOGRAFÍA EN MOVIMIENTO EN EL CINE"

Los esperamos para comprender uno de los elementos fundamentales en la creación cinematográfica de la mano con invitados de lujo.

Informes: CLICK ACÁ

lunes, 3 de octubre de 2011

MENÚ POLÍTICO-CINEMATOGRÁFICO

Para este mes y acorde con los productos de temporada les ofrecemos deliciosos platos de la cinematografía mundial que están de rechupete... Les cambiamos el tamal, la lechona, el aguardiente y la cerveza que acompañan las campañas políticas por apetitosos filmes que muy seguramente le ayudarán a elegir mejor:

¡VOTE BIEN, VEA BUEN CINE!
(Comparta, reenvíe esta información o visítenos en nuestra página de facebook: CINE CLUB LOS OJOS - CHÍA)

miércoles, 14 de septiembre de 2011

¡GANAMOS!


Siempre nos llena de orgullo y alegría lo que hacemos en el CINE CLUB LOS OJOS. La satisfacción crece cuando espectadores, amigos en facebook y visitantes de nuestro blog aumentan día a día. Han sido siete años de un esfuerzo independiente que nos ha brindado la amistad, la gratitud y el afecto de miles de asistentes que a lo largo de esta obra inagotable y honesta, sigue a flote por encima de discursos políticos, funcionarios públicos incompetentes y “colegas” maliciosos.

Sólo los fieles y los nuevos espectadores saben que hemos privilegiado los balances en rojo por los colores que saltan desde la pantalla. Sólo ellos saben que por encima de los teatros, salas, bares y restaurantes (Gracias al “Laura Vicuña”, a “Alicia”, a “Cantaluna” y por supuesto a “Las Puertas”) ha prevalecido nuestra pasión por el cine y la tertulia. Sólo ustedes pueden reconocer y valorar nuestro trabajo que, estamos seguros, lo hacemos cada vez con más entusiasmo.

Olvidando las tragedias y los desconciertos, queremos agradecer y compartir con ustedes otra clase de reconocimiento; participarles una noticia que nos llena de más sueños y entusiasmo: ¡GANAMOS! Sí, ganamos un ESTÍMULO DEL MINISTERIO DE CULTURA para formación de públicos que consta de más de 120 películas.

Siempre es bueno el reconocimiento y el apoyo precisamente de quienes coordinan las políticas culturales del estado y siempre será curioso reconocer que durante siete años el gobierno local no ha abierto sus ojos hacia nosotros. A pesar de esta paradoja, seguiremos adelante, haciéndole honor a este reconocimiento nacional y una vez más, reiterándoles el compromiso a ustedes, el público, que cada semana nos acompaña con una sonrisa, un buen estremecimiento o una lágrima provocada por las miradas que hace el CINE CLUB LOS OJOS.

Santiago Pérez Jiménez


http://cineclublosojos.blogspot.com

FACEBOOK: @CINE CLUB LOS OJOS – CHÍA






martes, 30 de agosto de 2011

"Festivus" o el negocio de los festivales en Chía

¿Qué sentido tiene organizar “festivales” que no cuentan con la participación de toda la comunidad? ¿Qué trascendencia alcanza un festival que sólo es pensado con fines de lucro por organizaciones “sin ánimo de lucro”? ¿Podrían las organizaciones locales (públicas y privadas) organizar celebraciones que reflejen meticulosidad y atención por el resultado final?

Por: Santiago Pérez Jiménez

Tanto en las culturas primitivas como en la actualidad, la relación entre el individuo y sus creencias míticas está íntimamente ligada a rituales que reviven dicha conexión. La magia y la razón se vuelven una durante estos rituales, que paganos o no, nos conectan con las creencias más profundas y ocultas del alma humana.

Estos rituales, con el tiempo y bajo el rigor de la ortodoxia religiosa, fueron haciéndose cada vez más tolerables entre los pueblos. De alguna manera crearon un puente entre ese pasado ancestral mítico y la desconcertante realidad. De la necesidad de explicar comportamientos y fenómenos nace el mito y a su vez de éste, se desprende el rito que lo celebra y lo honra.

Por ejemplo, en honor a Dionisio se crean las dionisiacas y con ellas, una liberación del espíritu que se traduce en los orígenes de artes clásicas tan importantes como la danza, el teatro y la literatura. Festividad, que con el aval de los dioses, había que conmemorar y que como una pandemia caía sobre el pueblo, permitiéndole unirse en torno a los excesos, las transformaciones y la libertad.

La influencia del cristianismo fue transformando paulatinamente esta y otras celebraciones consideradas paganas, en festividades menos desenfrenadas y con una subrepticia unión entre la moral cristiana y la liberación física y espiritual. Pese a esta unión temporal, la religión no pudo, ni podía eliminar de un tajo, celebraciones y carnavales. Así pues, tuvo que combinar las fechas sagradas y el placer con un día límite: el miércoles de ceniza; y de esta forma, simpatizar “amigablemente” con tradiciones más arraigadas en los individuos que la religión misma.

Con el tiempo estas festividades y carnavales se desprendieron del rigor cristiano y comenzaron a hacerse más ricas pues cada pueblo y cada cultura hace su aporte desde el folclor local o sus fortalezas artísticas y estéticas. El carnaval y el festival regresan una vez más a sus verdaderos dueños: los pueblos.

En la actualidad, hemos pasado de los grandes carnavales clásicos a festivales artísticos. Sitios periódicos de reunión y encuentro humano alrededor de las artes y que deberían contagiar (como otrora) a toda la comunidad en torno a una manifestación artística particular. Chía no está exenta de celebrar y para ello cuenta con tradicionales festivales como el de teatro y el de danza, así como con sorpresivos y hasta desconcertantes intentos festivos como el festival de música, de poesía, de astronomía, Carnaval de la luna y un largo etcétera.

Puede quizás ser producto del uso inadecuado del término o un desconocimiento de la historia, contar en la actualidad con una excesiva programación de “festivales”. Con lástima hay que registrar que en nuestra ciudad a cualquier espectáculo (bien intencionado o no) se le titula en afiches y reseñas bajo el término “festival”. Sería fundamental entonces, rescatar el sentido histórico de la palabra festival (y por extensión la del término carnaval) y revaluar la conceptualización y la organización de estas atracciones locales que más parecen encuentros y espectáculos pasajeros. Sin duda, sobre el pueblo no cae el espíritu dionisíaco, nadie siente y vive la fiesta a excepción de los comprometidos y a veces fogosos organizadores.

¿Qué sentido tiene organizar “festivales” que no cuentan con la participación de toda la comunidad? ¿Qué trascendencia alcanza un festival que sólo es pensado con fines de lucro por organizaciones “sin ánimo de lucro”? ¿Podrían las organizaciones locales (públicas y privadas) organizar celebraciones que reflejen meticulosidad y atención por el resultado final? ¿Seguiremos siendo testigos del acabose de los tradicionales festivales que lentamente se transforman en espectáculos de parque? ¿Estos festivales están pensados también para la formación o renovación de públicos o sólo son eventos para eruditos o simples obligaciones “por acuerdo”?

Cedo estos interrogantes a los “organizadores-contratistas” para que en sus planes presentes y futuros se logre repensar no sólo el término sino los festivales, como reflejo de un proceso artístico y de participación colectiva para que estos caigan sobre el pueblo cual pandemia, enfermando por igual de arte, alegría y belleza a todos los habitantes de la ciudad de la luna.

martes, 23 de agosto de 2011

SEPTIEMBRE: CINE EXTRAVAGANTE, ABSURDO Y "DE CULTO"

Sí, sabemos que la curiosidad mató al gato y por eso pocos se atreven a enfrentar sus miedos, pasiones y oscuros deseos. Llegó el momento arriesgarse a ver el cine que nadie se atreve a proyectar. "Disfrute" de los zombies, los cabeza-borrador, la sangre, los fenómenos y demás alimañas cinematográficas.
NOS VEMOS EN "LAS PUERTAS" (Antigua Cruz Roja - Chía)
Todos los JUEVES desde las 6 y 30 PM
Entrada Libre y Gratuita
-Películas recomendadas para mayores de 18 años-

(Click sobre la imagen para agrandar)


lunes, 11 de julio de 2011

LOS TALIBANES DEL ARTE


LOS TALIBANES DEL ARTE

Con estas decisiones se demuestra una vez más la incompetencia de quien “lidera” los supuestos procesos culturales de nuestra ciudad. ¿En manos de quién reposan las decisiones en materia de arte y cultura? ¡Con esta salida en falso podemos encontrar la razón del problema!

Por: Santiago Pérez J.


Recuerdo bien como la televisión transmitía imágenes de las antiguas esculturas budistas siendo dinamitadas por la milicia afgana. Esculturas de 1500 años de antigüedad se hicieron polvo a nombre de los estrictos principios religiosos de los talibanes. Inmediatamente, vienen también a mi memoria cientos de atropellos a nombre de la moral y las buenas costumbres de distintos dictadores tropicales, regímenes y estados totalitarios que veían en las manifestaciones artísticas claros obstáculos ante la “honorable” empresa de controlar los ciudadanos y evitar así, repentinos ataques de conciencia crítica despertados por la literatura, las artes plásticas, el teatro o la música.

La historia, plagada de incansables predicadores contra la vulgaridad, el lujo, los excesos y las insinuaciones diabólicas del arte, nos recuerda las peligrosas consecuencias de una sociedad reprimida, moralista y enajenada hasta de su propia realidad. Desde el aplicado religioso Savonarola y la “hoguera de las vanidades” durante el renacimiento, pasando por los nazis y la quema de literatura judía como solución alternativa contra el invierno germano, hasta las cláusulas estrictas para la creación artística en la unión soviética; son ejemplos más que elocuentes de esa relación perniciosa entre el estado, la censura y los dogmas.

Sin embargo, imaginar que esta defensa de las "buenas costumbres" pueda darse en pleno siglo XXI y que sea un argumento de la funcionaria encargada de velar por el desarrollo artístico y cultural de nuestra ciudad, era la cereza que faltaba para decorar el postre. Cuatro años de desaciertos e intervenciones desafortunadas tienen hoy como cierre eximio el siguiente hecho: El desmonte y el posterior “almacenamiento” a la intemperie de un carboncillo (un desnudo para más señas), donado hace más de dieciséis años por el maestro Darío Jiménez (tío por línea materna de quien esto escribe) y que según la funcionaria, estaba guardado pues la imagen de la desnudez femenina “impresionaba” a niños y molestaba a padres de familia.

El cuadro en mención tuvo que ser rescatado de los desechos por el propio artista D. Jiménez, después de que un profesor de la Escuela de Artes en un ataque de escrúpulos y asepsia, digno de Howard Hughes, sacara del salón de artes la basura (“Basura” que supuestamente él mismo enseña y no reconoce entre los materiales de desecho). A pesar de las disculpas ofrecidas a posteriori por la funcionaria “a cargo”, ésta remató sus explicaciones con la ya mencionada excusa mojigata.

Siendo así, bajo este principio deberíamos entonces iniciar una cruzada a la vieja usanza medieval, para retirar de museos, galerías, salas y plazas públicas “objetos” que supuestamente van en contra de la inocencia y de la infancia como la Venus de Milo y sus turgencias marmóreas o bien, retirar la abundante anatomía de Botero de los parques de las grandes ciudades del mundo por despertar bajas pasiones entre los transeúntes.

Incluso y sin llegar a ser atrevidos, creo que la señora en mención debería invertir el amplio presupuesto de la cultura de Chía, para retirar de las paredes de los hogares de la ciudad de la luna cualquier afiche o representación indecorosa del ser humano (cual talibán), so pena de ser puesto en el cadalso por atentar contra la ética y el decoro. Podría adelantar no sólo una causa moralista sino también religiosa en donde se eliminen las obscenas figuras humanas que adornan las iglesias. Es más, creo que debería ir más allá y eliminar de un plumazo las minifaldas, los escotes y las tangas narizonas pues son evidentemente una afrenta contra el candor y el recato que todo buen hijo de vecino debería tener al salir a la calle. Me la imagino pensando que en pleno siglo diecioch… veintiuno, existan personas sinvergüenzas que no respeten la urbanidad de Carreño. Creo que dichas acciones podrían generar nuevos adeptos a su ya maltrecha causa cultural y al fin liderar un proceso (que aunque un tanto fascista), movilizaría a un buen número de fanáticos puesto que a través de la dirección de cultura le fue imposible desarrollar una iniciativa sólida sobre políticas y eventos culturales.

Dobles morales, melindres y cursilerías dignas de ese “Discreto encanto de la burguesía” que plasmó con maestría Buñuel. Personajes raídos, acartonados que viven de las apariencias y los remilgos, pero que de puertas hacia adentro son más vulgares que el resto de los mortales.

Entrar a discutir acerca de las implicaciones legales que dicha acción dolosa sobre un bien patrimonial de la Casa de la Cultura pueda tener, es algo que pertenece a un terreno que desconozco. Lo que sí es digno de reflexión, es el argumento que esta directora cultural plantea para justificar el desmonte de la obra y su posterior abandono con carácter negligente de un bien patrimonial (No me quiero imaginar lo que puede pasar con las creaciones de otros donantes, profesores y alumnos). Sin descartar además, la actitud de un docente que no reconoce el valor de una obra de arte que antes de ser echada a la basura, debió despertar, en una persona experta y conocedora, el más mínimo sentido de conservación y respeto por el trabajo artístico ajeno ¿Dónde se encontraba la directora de cultura de Chía? ¿Quién está atento a lo que hacen los contratistas con los bienes públicos? ¿Nadie sopesa los arrebatos de limpieza de los contratistas?

Es inaceptable que un funcionario público (director o docente) omita, descuide, se escandalice y censure la difusión de una obra de arte por el simple hecho de representar la desnudez humana. Si la casa de la cultura de Chía no puede justificar desde lo estético y lo humano una creación artística a cualquier espectador (sea niño, joven o adulto), está haciendo las cosas mal, muy mal. Desde esta misma institución debe fortalecerse un proceso de formación de públicos que permita evitar precisamente lo que la funcionaria aduce como argumento; y en consecuencia, que no se censuren las obras y los artistas que tanto aportan al desarrollo de una sociedad como la nuestra plagada de inequidades y que tiene como gran referente educativo a la televisión. Muchas personas preferimos deleitarnos con la figura humana en una obra de arte que con la agresiva publicidad, que sin pedagogía y atención real de las instituciones gubernamentales, despierta referentes estéticos muchos más perjudiciales para un infante. Si se lograra liderar una educación artística seria y permanente dirigida al público que ve las obras de arte, lograríamos evitar comportamientos atroces y del puritanismo más medieval.

El arte es una forma de interpretar al mundo que abre las puertas a la creatividad, a la imaginación y a la conciencia crítica ¿Por qué debe censurarse? ¿Por qué debe botarse a la basura? Es increíble que desde la misma dirección de una entidad que en teoría debería velar por el desarrollo y el apoyo a los artistas locales, se termine descalificando un trabajo artístico por el simple hecho de develar el “misterio” de la desnudez. Con estas decisiones se demuestra una vez más la incompetencia de quien “lidera” los supuestos procesos culturales de nuestra ciudad. ¿En manos de quién reposan las decisiones en materia de arte y cultura? ¡Con esta salida en falso podemos encontrar la razón del problema!

Finalmente, espero que la obra nunca regrese a una entidad que menosprecia las manifestaciones culturales y las libertades implícitas en una verdadera creación artística haciendo las veces de censores talibanes. Ansío también que la doctora Canal y los supuestos visitantes “alarmados” de la Casa de la Cultura no vuelvan a ser víctimas indefensas de provocaciones lascivas a causa de un carboncillo, una trusa de ballet, un texto de Bukowski o una melodía de Alan Jara… Quizás el desarrollo de su personalidad podría verse en riesgo inminente.




martes, 28 de junio de 2011

PROGRAMACIÓN JULIO - AGOSTO 2011

Amigos del buen cine,

Nos vemos este y todos los JUEVES en el Restaurante Bar y Galería "LAS PUERTAS" para dar inicio a esta muestra de cine latinoamericano.

Recuerden, nos vemos desde las 6 PM con un video concierto y luego la película indicada en la programación - ENTRADA LIBRE Y GRATUITA

NOTA: El nuevo ciclo de Cine Latinoamericano inicia el día JUEVES 14 DE JULIO.


(Pueden compartir esta información con los iconos de abajo)



martes, 31 de mayo de 2011

RESPUESTA A LOS ORGANIZADORES DEL FESTIVAL DE POESÍA EN CHÍA

Santiago Pérez J.

Agradezco la deferencia que ha tenido la Corporación “Aquí nos vemos” con el suscrito, al responder el texto publicado en el blog del Cine Club los Ojos y que a la fecha es materia de debate entre algunos gestores culturales y artistas locales.Haciendo de lado los errores ortográficos y sintácticos presentes en el comentario-respuesta, me permito precisar e incluso plantear, nuevos interrogantes motivados por su posición oficial como organizadores del evento.

En primer lugar, se nos acusa a muchos de los que participamos con comentarios escritos en facebook o en el blog, de tener ciertas “taras”. Tomaré esta expresión como una voz de fino humor al mejor estilo de los poetas del siglo de oro. Espero estar en lo cierto; si no lo es, considero bastante ofensivo de vuestra parte, aducir que quienes escribimos bajo el ejercicio de nuestra libertad individual tenemos problemas físicos o psíquicos importantes. Esta expresión es una clara alusión a la hernia discal y a la rinitis alérgica que me aqueja a primeras horas de la mañana y que no estoy dispuesto a permitir. De igual manera, le solicito que no cuestione el tratamiento psiquiátrico que con gentileza me recomendó una y otra vez la Subsecretaria encargada que apoyó su festival poético. Están entrando al terreno de los ataques personales y eso no lo puedo permitir.

También ustedes me indican que debo repensar mi condición de colaborador y debería tener más solidaridad con el gremio de artistas de Chía. Sinceramente, ese sentido de colaboración y solidaridad ya había sido despertado en mí al ver el emotivo filme “El niño y el papa”. Gracias a esta ejemplarizante pieza de la filmografía nacional pude armarme de valor para escribir un constructivo aporte para “festivales” futuros en solidaridad con ustedes, prohombres de las letras. Si se refieren al video beam que no pude alquilarles, siento mucho que dicho alquiler fuera tan decisivo en la logística del festival. Estaré dispuesto a prestarlo, incluso de forma gratuita, cuando me avisen con un poco más de tiempo (¡No la noche anterior al evento!).

No creo que hayan necesitado mayor “solidaridad” de mi parte, pues si el evento contó con el apoyo irrestricto de la Casa de la Cultura, debió incluir una suma muy atractiva para invertirla en el festival. Por todos es sabido que dicha entidad es un bastión de la democracia y la objetividad en sus procesos de selección, ella debía ser prenda de garantía para el éxito de su bienintencionada actividad.

Si no hubo el dinero suficiente, entonces por qué insisten en proponerle actividades a esta entidad y a esa funcionaria, que como ustedes lo dicen “no sabe nada”. Son varios los problemas de nuestro gremio, tienen toda la razón cuando subrayan que debería ser unido, pero más allá de una solidaridad enceguecida por las pasiones que despierta nuestro oficio, los artistas deben propender también al rigor, la organización y la transparencia.

Sin embargo, ocurre todo lo contrario. Cuando algunos tienen la oportunidad de recibir una delgada tajada del presupuesto (No sé si sea el caso de su festival), se decide actuar por cuenta propia, desconociendo antecedentes históricos laborales muy serios entre nuestros colegas. ¿A eso se refieren cuando hablan de “solidaridad”? Por el afán de hacer, desconocemos personas, procesos y actividades realmente independientes y enriquecedoras. Cuando se firma el convenio se olvida que se está pactando, no con una entidad que respeta y apoya los artistas locales sino con una funcionaria incompetente. Ella es la que en últimas “divide y vence” (como lo ha hecho durante estos años), pues les ofrece migajas presupuestales a los artistas y ellos en medio de su desesperación creativa, optan por aceptar migajas presupuestales de las que ella se cree ama y señora. No se tuvo en cuenta que la propuesta inicial fue abiertamente despedazada y no queda otra opción para el artista o grupo que hacer algo que se soñó muy altruista y que en la práctica terminó por ser otro espectáculo más de los tuvimos que padecer durante esta incoherente administración cultural.

¿Debemos seguir siendo solidarios y respetuosos con nuestros colegas?, ¿Ser solidarios con el oficio que nos garantiza una mejor calidad de vida? O ¿Ser cómplices solidarios con una persona que ha irrespetado permanentemente el arte y la cultura de Chía? ¿No ha sido esa señora la que ha dividido y reinado gracias a que los mismos artistas se prestan a negociaciones amañadas a puerta cerrada, a actos dignos de los reptiles más feroces y rastreros y a silencios cómplices para no perder el dinero de contratos? ¡Perdamos el miedo a sobrevivir del erario público, dediquémonos a crear libremente, con responsabilidad y oficio!

Por otro lado, no podemos seguir asumiendo el disenso como un ataque. Pero tampoco podemos seguir asumiendo nuestra profesión de una forma tan romántica, ingenua y visceral. Esto es un proyecto de vida tanto para ustedes como para el resto de personas que creen en el arte y la cultura. Hacer las cosas con el alma y el corazón representa el primer paso de nuestra condición de artistas aunque no el único. El apasionamiento puede llegar a enceguecernos, a pensar que nuestro trabajo por el hecho de estar bien intencionado ya es admirable y tiene que ser inmune a los cuestionamientos. Nada más errado que tomar mi texto como algo personal.

A propósito, ustedes apuntan en su comentario que existe de mi parte “un dejo de insatisfacción que me atrevería a pensar tiene un interés particular”. Permítanme aclarar ese atrevimiento: No poseo interés particular alguno más allá que llegue el 1 de enero y la Casa de la Cultura sea dirigida por alguien con cualidades intelectuales y humanas suficientes para aprender de las experiencias nefastas y edificar sobre las ruinas. De resto no me interesan los contratos sin autonomía, la típica excusa del “no hay presupuesto” o la ayuda altruista del burócrata que nos deja “mostrarnos” (Ver video abajo).

Mis intereses son profesionales y no dependen ni de un festival ni de un grupo de burócratas para realizarlos, día a día trabajo por ellos. Un interés particular ajeno a dichos principios éticos me llenaría de tedio y tendría obligatoriamente, que verme como un artista de carpetica y boina en mano, esperando recibir la bendición de un político para poder hacer algo. Eso sí, vale aclarar que siendo modesto y realista, mi currículo no alcanza a equipararse con los grandes referentes estéticos y artísticos del municipio como lo puede llegar a ser un dueño de restaurante, las esculturas del Parque Ospina y la mismísima subsecretaria de cultura que vivió “encartada” con el puesto y ahora está “encargada”.

Dejando de lado algunas ironías, el texto que escribí es una invitación a reconocer el valor social del artista y la manera cómo la comunidad se ve reflejada o busca en nosotros una respuesta a los problemas que la aquejan. No es un ataque frontal a mis colegas que sueñan con espacios válidos para realizarse profesionalmente. Tampoco es con palmaditas en la espalda o con apoyos anuales que se construyen procesos y se fortalece el arte. La “pelea” no es entre nosotros mismos, la “pelea” es CONTRA los otros que viven sólo llenándonos (o llenándose) de fantasías onanísticas con el arte y la cultura.

Este debate era precisamente la intención implícita en mi texto. La limosina, si se quiere, es un pretexto para cuestionar muchas de nuestras “buenas intenciones”, esos mensajes equivocados y el particular remoquete de “artista”. Es posible construir y fortalecer nuestro gremio cuando nos decimos las cosas y no cuando las sufrimos en silencio una tras otra. Ese mal llamado interés particular es el mismo de ustedes: que mi profesión sea respetada y bien pagada; no tomada a la ligera por instituciones y personajes para los que simplemente somos unos saltimbanquis que animan bautizos, primeras comuniones y fiestas de quince.

Colegas, asumamos nuestra profesión con altura y dignidad. Respetemos el oficio propio y el de los demás. Respetemos la historia, aprendamos de ella. Es necesaria la idea de construir entre todos políticas claras en materia de contratación, de organización y participación; pero que sea realmente entre todos y no, cuando la necesidad y el hambre nos obliguen a repensar el oficio y ya dicha reflexión sea demasiado tarde. No nos prestemos a ese juego de afectos, prestémonos realmente a un juego de saberes y acciones conjuntas que de verdad enriquecen nuestro gremio.

Bajo ese espíritu de construcción ydebate, los invito a que compartamos un delicioso café instantáneo, unas paces honestas y el éxito sincero en todas sus empresas. Discutamos abiertamente sin el temor de escuchar los errores y aciertos. Arriesguémonos a no depender de una institución que nos ha tratado como mendigos y pongámonos en el lugar que merecen nuestras obras y propuestas. Conversemos, escribamos y aportemos al debate (es la única vía para salir de este atolladero), no desde los afectos y la pasión pero sí con la fuerza de los argumentos que nos mueven seguir en esta labor creativa.

Quizá esa verdadera unión entre colegas ahora sí puede ser posible.

Señores de “Aquí nos vemos”, ¿Dónde nos vemos?


Video para la reflexión:




Para leer el artículo y los comentarios visite: http://cineclublosojos.blogspot.com/2011/05/chia-ciudad-de-inundaciones-y-de-poetas.html

martes, 24 de mayo de 2011

CHÍA: CIUDAD DE INUNDACIONES Y DE POETAS EN LIMOSINA



Santiago Pérez J.

Una limosina llama la atención en cualquier parte. Siempre despertará curiosidad saber quién desciende de un vehículo de esas características y en pleno parque principal de Chía. No fue mayor mi asombro (¡y mi decepción!), cuando del coche y en medio de los aplausos de unos pocos, se bajó un abundante número de estrellas: Las estrellas de la poesía. Allá fueron a ubicarse en medio de las butacas a leer sus poemas. Eran los “Protagonistas de novela”, eran las vedettes literarias que compartían con el pueblo; los patricios se confundían con la plebe…

Si fue una estrategia mediática para el evento ¿Cualquier estrategia sirve promocionar un “festival”? Si fue un homenaje al oficio literario o un ejercicio simbólico para confrontar a la audiencia, fue un error equiparable sólo con la decepción que en la mayoría, y a pesar de los aplausos, causó esta “llegada triunfal”. Si no fue ni lo uno ni lo otro, entonces ¿Qué sentido tenía descargar de una limosina apretados poetas en medio de una plaza pública?

No hay que ser un avezado analista de la realidad cultural para inferir que la literatura no ocupó el lugar que se merece dentro de los planes gubernamentales de la actual administración. La dirección de cultura “liderada” por la persona de las “calidades humanas e intelectuales” que conocemos, se limitó a acabar con muchas iniciativas entre otras, con los talleres y cursos existentes de creación literaria, con las horas del cuento y con la inversión en material bibliográfico que a duras penas se hacía. Muchas o pocas, estas actividades ofrecían un espacio de creación y unión alrededor del arte de las letras.

En la actualidad, la literatura fue tomada por dicha funcionaria, como un subproducto usado para soportar la mal llamada pluralidad de espectáculos y el apoyo desinteresado que supuestamente ofrece la Casa de la Cultura de Chía a los grupos locales. Sin duda, la literatura ha sido un relleno más, donde la mayor tajada presupuestal se lo lleva la música y un sinfín de festivaletes que ni siquiera honran la etimología de dicha palabra (Del Latín “Festivus”: Alegre, gozoso, solemne), y que sí pasan con mucha pena y poca gloria por la memoria de los habitantes de Chía.

Sin embargo, entrar a discutir la metodología y los criterios de selección, la inversión presupuestal, los programas y actividades ofrecidos por la subsecretaría de cultura, y que dependen exclusivamente de la voluntad de una funcionaria, sería redundar en lo expresado en otros artículos (Hace muchos años lo estoy diciendo). Eso sí, es evidente que usó sus influencias para, inmune a las críticas, hacer lo que se le antojara con la cultura y el arte local.

Ahora bien, lo que sí me mueve, esta vez a raíz del fastuoso vehículo, es el papel de los artistas del municipio. No creo en particular, que los poetas de la ciudad de la Luna necesiten el “buen trato” de subirlos a una limosina y para ¡transportarlos una cuadra! Una verdadera muestra de afecto hacia su profesión hubiese sido más conmovedora si se les regala un libro o si se publican sus textos en una buena edición de memorias; pero subirlos en una limosina para ser observados como peces en un acuario dista mucho de lo que verdaderamente aspira un poeta o de lo que puede llegar a ser un homenaje. Como artista me hubiera rehusado a participar de ese “recorrido espectacular” calificado incluso de “pretencioso” por una de las poetas invitadas.

Más grave aún es el contexto histórico particular que atraviesa nuestra ciudad. Chía en la actualidad se debate en una coyuntura política como ninguna otra, en donde las falsas promesas son el pan de cada día y los candidatos a futuros cargos se alimentan del deseo de los habitantes por una mejor ciudad. Es claro que los movimientos o acciones que lideren los artistas deberán aceptar implícitamente esta realidad social que atravesamos. Su obra indiscutiblemente debe estar salpicada de esa conciencia social y esa sensibilidad a flor de piel de la que se vanagloria un artista.

Trascender, romper el molde, agitar consciencias y no vivir en función de una nueva dominación para alcanzar la liberación estética, social e intelectual (Léase a Glauber Rocha en “La estética de la violencia”). De dónde saldrán nuestras creaciones si no de la realidad que día a día nos agobia con corrupción, el absurdo, las prebendas y los sueños robados por aquellos en quienes creíamos.

Queremos liberarnos de ese pasado traumático, pero sólo temporalmente. En el fondo queremos ser ese “otro”: poderoso, colonizador y opulento; ese que desea desde su arribismo, un triunfo individual o una imagen omnipotente de santo padre que desde su grandeza ayuda a los otros y niega su pasado de pobreza (estética, social e intelectual).

Pero… ¿Este fue el mensaje que recibimos los incautos espectadores? Mientras la ciudad se ahoga en su propia pez y en sus propios desaciertos (no sólo los invernales), los artistas, los encargados de poner el dedo en la llaga con sus creaciones, arriban a un evento poético en una limosina negra de vidrios polarizados como las estrellas que algún día quisieran ser. ¿Han trascendido, se han superado, han alcanzado sus sueños de pobre subiéndose a ese vehículo?

Sigue persiguiéndonos ese pasado “traquetoide” de ostentar poder y lujo por encima de quien sea. Nuestros modelos de comportamiento se alejan más de lo que somos y se suman a una cadena de actitudes e imágenes que sólo cabrían en el mundo absurdo de la fantasía literaria, pero que subsisten paradójicamente entre los mismos artistas. No es una posición patriótica de defender lo autóctono y privilegiar lo nuestro; es la necesidad de construir desde la realidad, desde la diferencia y sobre los errores. No es calcando soluciones ajenas a nuestra situación como saldremos de este atolladero. Déjenle a Hollywood las limosinas, los trajes de diseñador y los paparazzi, muchos de nosotros no soñamos con las adopciones, las curvas y los millones de Angelina Jolie como un referente estético, social o intelectual.

Esa estética de lo opulento puede entenderse no sólo en el delincuente ignorante que a toda costa ha cumplido sus sueños desde lo irracional de la violencia sino también en el ciudadano común que vive en un país que no se apropia de la educación y la cultura como herramientas suficientes para fortalecer el carácter de sus habitantes. Por el contrario, es un país que educa a través de la TV y sus “ejemplarizantes” historias de vida: Narcos, corrupción, bikinis, transparencias y alfombras rojas son el pan de cada día para una sociedad que trastoca sus necesidades y modelos gracias al papel educador de la farándula criolla. ¿No es ahí donde debe aparecer triunfante el artista (no en limosinas), con su discurso, con nuevas miradas críticas y estéticas acerca del mundo en el que nos ha tocado vivir?

Ahora es el turno de los artistas que ceñidos a la moda farandulera (la de las boinas, las bufandas, los sombreritos y los abrigos), se consideran importantes y más que los demás. Quienes deberían cuestionar esos estándares o esos modelos de comportamiento, más bien se dedican a usarlos con solaz y en su propio beneficio. Ahora más que de artistas de limosina, el mundo y en particular nuestra ciudad, necesita de artistas de oficio, con un alto de sentido de la responsabilidad social y de la trascendencia de sus acciones. Verdaderos artistas que desde su trabajo y quehacer diario cuestionen el mundo al que se enfrentan día a día, sin la obligación de una creación panfletaria, pero sí con el deber de concebir una obra de arte nacida desde su más profunda condición de latinoamericano.

La responsabilidad no es exclusiva de los burócratas, ellos son de paso. Quienes seguiremos ganándonos la vida con nuestro oficio insistiremos en las bondades del arte y la cultura, pero no a cualquier precio. No estamos buscando una oportunidad, nuestro trabajo habla por sí sólo. La responsabilidad también recae sobre nosotros mismos pues no podemos seguir prestándonos para un juego que se volvió contagioso: hacer por hacer cuando se pueda. Todo lo contrario, hay que hacer bien siempre, con responsabilidad y compromiso. No bastan las buenas intenciones o si no ¿para dónde va la cultura de Chía si seguimos actuando así?

Como dijo uno de los presentadores en el festival de poesía: —El país está jodido. Estamos jodidos —Ahora que lo pienso mejor, estoy totalmente de acuerdo con él: En Chía estamos jodidos.



VIDEO PRESENTACIÓN

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