miércoles, 16 de marzo de 2011

PORNOMISERIA TEXTUAL y CINÉFILA


Tenga la bondad una leídita por amor a dios y cómpreme una boletica...

La tragedia excita. La pobreza se escurre entre los dedos. La desgracia se hace común, se hace viva y divierte (entre comillas o sin ellas). Los productores intentan terminar su película. Corren entre las calles y enfocan atrevidos. El carro avanza, -Eso pa’ que es –Pregunta el taxista. –Vamos donde las putas –Replica el productor.

Un hito del “documental” (también entre comillas), es la obra de los aún jóvenes caleños. Perdidos en las calles o tirando moneditas en La Rebeca bogotana, los vampiros realizadores, atacan a los niños y a los espectadores dentro y fuera de la pantalla. Beben un último sorbo de sangre zapatera y… -¿Quedó bien?” –Dice asfixiado por las mismas películas que lo retrataron y lo insultaron.



Y quedó muy bien. Tan bien, que hoy con más de treinta años a cuestas, esta película refresca y cuestiona. Refresca, porque con cáustico y oscuro humor, nos hace creer en un cine posible. En unas historias que aún no se han contado y que con la lozanía inmarcesible de un espíritu joven, todo puede hacerse, decirse y contarse. Por eso hicieron y siguen haciendo grandes estragos (incluso desde ultratumba) en las mentes de todas las generaciones esos mancitos caleños.

Cuestiona el oficio de hacer cine. Para quién se hace y qué hay que contar. Cuestiona nuestro papel de observadores incautos que frente a una pantalla, recibimos ofensas e insultos cada vez más insolentes, despreciables y en 3D. Críticos ausentes que alaban la “industria en efervescente ascenso” del cine colombiano. ¿Cuál industria? ¿La que mide calidad por numero de boletas vendidas? ¿La que eterniza en carteleras títulos entretenidos y denigra del resto, porque es puro “Cine Arte”? ¿La que empala la piratería y cobra por derechos de autor? O lo que es peor, ¿La que es apoyada por comentarios “espectaculares” de las presentadoras de farándula, áulicas y meretrices de monopolios económicos?

Agarrando público, es a lo que se dedican muchos en el cine colombiano… Agarrando y dejándose agarrar…


Colofón de protagonista:

“La parte que más me gusta es la sátira… La parte obscena… Porque la gente no se iba a imaginar de que iba a tener un lujo de que yo iba a pelar mi cuerpo y que me iba a limpiar con billetes… Como les decía yo soy el único hombre que me he limpiado con billetes, pero no sucios... acabaitos de sacar del banco"

VIDEO PRESENTACIÓN

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