jueves, 5 de mayo de 2011

EL ARTISTA "CUENTERO"

Siempre el cine será un pretexto. Un pretexto para soñar, para vivir, para entretener, para convencer y hasta para seducir. El cine nos hace comprender, en la complicidad oscura de la sala, asuntos a veces confusos o en apariencia evidentes. Obras de inconmensurable trabajo técnico y de planeación para darle una estructura a las ideas con imágenes, sonido y personajes.

Lástima que el trabajo del hacedor de cine, y por extensión el del artista, se haya convertido en pura experimentación, por pura intuición. En la actualidad, el arte se ha convertido o bien en un mercado de fantasías o en un simple ejercicio de convencer al otro de que soy más sensible y más profundo. Pero se deja de lado el elemento más importante que justifica todos esos adornos: la obra de arte. Pululan artistas (actores, pintores, directores, escultores, músicos, escritores) que viven y cobran del cuento, pero que nunca se han preocupado por el quehacer estético y artístico. ¿Qué demuestra su condición de artistas? El concepto pero no la obra. El cuento.

Hoy tendremos el placer de contar con uno de los mejores actores del cine contemporáneo, que a pesar de sus incursiones “hollywoodescas” cuenta con innumerables caracterizaciones, todas memorables. Su primera exploración a la dirección con “Buscando a Ricardo III” nos acerca al oficio (ese en el que hay que ensuciarse las manos para crear), de la actuación y del teatro. Al Pacino decide contar como se deconstruye y reconstruye una obra de Shakespeare y como se llevan algunas escenas al cine; aunque también nos demuestra con creces cómo es el proceso creativo e intelectual por parte del actor: un asunto íntimo y consciente de las bondades del cuerpo, la voz y la razón.

¿Quién es Shakesperare? ¿Quién es Al Pacino? La respuesta latente durante una hora y cuarenta minutos.

Nota: Hoy regalaremos dos entradas a dos suertudos cinéfilos, para la Feria del Libro al finalizar la función ¡Los esperamos!

lunes, 2 de mayo de 2011

¡Me gusta el cine!


¡Espectador asiduo del cine club Los Ojos este es un espacio para usted!

(Escriba sus opiniones, impresiones y aventuras cinéfilas, acá serán públicadas)


Por: Diego Romero

Tenía alrededor de 7 años, recuerdo que hacía con mi padre una fila muy larga en el centro de Bogotá, sabía que algo ocurriría, estaba muy ansioso pues era la primera vez que iba a cine, de un momento a otro entramos y todo arranco, nos sentamos en medio de una sala enorme, apagaron las luces, mientras pasaban los cortos la gente hablaba, otros seguían llegando, sonaban los paquetes de papas y de pronto la película inicio, “Halcon” protagonizada por Stallone, no recuerdo bien la historia pero sí que desde ahí siempre he sentido fascinación por el cine. He pasado por diversos intereses y gustos, tuve un momento en que rechacé todo lo proveniente de Hollywood y buscaba películas con contenido político; luego fui fiel seguidor del Dogma 95 que más que una propuesta cinematográfica la entendía como una posición social; después atrapado por un sentido nacionalista, decidí orientarme hacia el cine nacional, películas buenas, malas (bastantes por cierto) y de todo género pero que fueran Colombianas, por alguna razón sentía que eso me conectaba con mi identidad nacional; también hubo un periodo en que me atrapo el cortometraje, me agradaba la idea de lo inmediato, de ver una historia en minutos.

Ahora no soy tan exigente, consumo cine, sin excluir países, géneros, actores o directores, reconozco que toda producción tiene un objetivo, denunciar, cuestionar, enamorar, molestar, excitar, divertir, confundir, etc. Me gusta el cine, en general, y hoy, en vez de buscar un espacio lleno de contenido racional solo busco lo que se busca en cualquier expresión artística, sentir.

Me gusta el cine, y me enamore de él desde los 7 años, cuando descubrí que el cine era mucho más que una película.

VIDEO PRESENTACIÓN

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