jueves, 11 de diciembre de 2008

CINE “IN”DEPENDIENTE


Durante esta década se ha puesto de moda la categorización de Cine Independiente para algunas películas de cine norteamericano. Pero, ¿Qué es?, ¿En dónde está la independencia?


Recientemente el Cine Club Los Ojos proyectó “Juno”, una producción norteamericana enmarcada por la crítica y los festivales dentro de la popular categoría de Cine independiente. Un epíteto sentencioso como el término de “Independiente” requiere, al ir de boca en boca, una definición y de igual manera, un somero análisis que omita las dudas, deje de causar confusiones y no se extienda irremediablemente a una variedad de realizaciones que al final de cuentas no lo son.

Los llamados INDIFILMS tienen su origen en distintos festivales creados principalmente para alejarse del fenómeno de la industria hollywoodense y el sistema de producción fastuosa que lo caracteriza desde principios del siglo XX (Ver por ejemplo, “Cleopatra” protagonizada por Liz Taylor). Sin duda, filmes impresionantes por su puesta en escena y de alto impacto social más para la industria del entretenimiento que como una manifestación artística y estética.

Entre estos festivales de “Cine Independiente”, vale destacar el creado por Robert Redford mediante la fundación del Instituto Sundance en 1981, encargado de difundir este tipo de realizaciones cada año. Gracias al auge que despierta año tras año y a la calidad de la filmografía que reúnen éstos y otros festivales; el Cine Independiente ha recibido una mirada más receptiva de la industria de Hollywood, lo que le ha permitido comercializar y divulgar esas creaciones cinematográficas clandestinas o de “bajo” presupuesto (¿Bajo presupuesto 10 millones de dólares cómo mínimo?)

Sin embargo, este “género” se ha tornado incómodo por su popularidad y de alguna manera se ha alejado del espíritu inicial que movió a muchos jóvenes realizadores bajo la intención de dar a conocer su obra en un medio farragoso como lo es la industria agobiante del cine de las grandes productoras y distribuidoras norteamericanas. Ahora, se habla de cine independiente como una alternativa válida de expresión creativa, aunque ella no se libra (por el contrario, se une) a la danza de los millones de dólares que garantizan mayor presupuesto. O se acogen, en el mejor de los casos, a la participación de estrellas rutilantes que aseguran un éxito taquillero… que en sus orígenes era lo que menos importaba para estos festivales.

Casi 30 años después, el Cine Independiente, se acerca lentamente a lo que menospreciaba. Hoy vemos como las comercializadoras abren sus ojos a películas encantadoras, simpáticas y algunas de excelente factura, pero que poco a poco se desdibujan con historias fáciles, coleccionables y pasajeras. Es pues una condición bien particular la que promueven las leyes del mercado en torno al cine y por extensión, al arte. La disyuntiva se plantea de esta manera: ¿crear por el más íntimo placer de la expresión humana o crear para alcanzar popularidad y mejores dividendos económicos?

Colofón:
“Los Ojos” recomienda del Cine Independiente: “Pi: el orden del Caos”, “Los Sospechosos de Siempre”, “Antonia”, “Diarios de Motocicleta” y otras muchas obras del cine latinoamericano y europeo, que con bajos recursos e ingenio frente a la adversidad, cuentan historias corrosivas a través de imágenes y diálogos impresionantes.

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